LA CANCIÓN DE LA
LLUVIA |
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Mi Respeto y agradecimiento a la Sra. Sylvia Neira de Peña (hija de Don Manuel Neira Barragán) a quien sin conocerme deposito en mi su confianza y biblioteca personal de los libros de su Papá para ser difundidos en esta página. Muchas Gracias Doña Sylvia. Por Don Manuel Neira Barragán 1969 LA CANCIÓN DE LA LLUVIA La canción de la lluvia cae en mi pecho como tenue perfume de la infancia, se refresca mi vida en el recuerdo de mis lejanos días de oro y plata. Se me anuda un cantar en la garganta al forjar con mis lágrimas un verso y hay un revuelo de palomas blancas En lo alto del inmenso cielo. Cae la lluvia tenaz tras mi ventana es más gris y más triste la mañana cuando sigo añorando el tiempo aquel cuando descalzo por la calle andaba y era feliz, al ver que se llevaba El agua, mis barquitos de papel. ESTOY MIRANDO LA LLUVIA A mi esposa Ofilia Cadena de Neira Barragán. Estoy mirando la lluvia... Ay, como añoro mis tiempos! En cada gotita de agua Baja prendido un recuerdo. Mi corazón se estremece Como una extraña inquietud; las nubes grises parecen Fantasmas de juventud. Ambiente de lluvia y viento con voracidad de mar que se traga mi recuerdo Con desastrosa impiedad. En las teclas de mi piano Arranco una melodía; marcho asido de la mano de la fiel amada mía Estoy mirando la lluvia Oigo la canción del viento. En cada gotita de agua Baja prendido un recuerdo. FRENTE AL MAR La brisa del mar venía en blancos carros de espuma las olas eran poemas Que iba escribiendo la luna. Se iba alejando la bruma y asomaban las estrellas como rosas encendidas Sobre un cielo de aceitunas. Tejía la noche blanca con el hilo del ensueño en una vieja añoranza, Una página ilusoria; y era el mar una custodia Que encerraba azul anhelo. EN EL AVIÓN A mi esposa en las Bodas de Coral de nuestro matrimonio. Voy volando muy alto A bordo de un avión. Contemplo el milagro de la paisajería que aquí en la tierra mía puso Dios ¡Que pequeñas las casas! ¡Que pequeños los hombres! Al verlos desde arriba exclamo emocionado: ¡Ay, qué pequeños somos En esta inmensidad! Mas, luego, me concentro y digo para mí: Señor: Tú me has dado unas alas para volar más alto más allá de las nubes, de la región del viento Y acercarme hasta allí. Tú, me has dado las alas blancas Del pensamiento. Por eso te doy gracias Infinitas a TI...! TRÍPTICO DE LA SOLEDAD I Por fin te encuentro, soledad bendita En los desiertos de la tierra mía! Te siento junto a mí, y una infinita Variedad de perfumes me extasía. Los juncos, los mezquites, la "agua pía" esta tela de araña tan infinita, el agua del arroyo clara y fría Y esta rosa temprana y exquisita. Me están mostrando toda la grandeza que extendiendo su mano con largueza el Divino Creador puso en la tierra Al mirarlas, las gozo poco a poco cada belleza que el desierto encierra aunque digan, tal vez, que soy un loco II Porque los hombres, en el ansia insana de acaparar riquezas materiales olvidan los ingratos que mañana, polvo tendrás que ser de estos eriales. Por eso yo desgrano aquí a raudales tendido sobre la árida sabana mis dulces y sonoros madrigales bendiciendo al Creador ¡Hosanna! ¡Hosanna! Cada pequeña guija, cada insecto que contemplo abismado en el desierto, del arroyo sus raras erosiones. Del Zenzontle el prolífico gorgeo, son motivo de mis cavilaciones y de mi alma magnifico recreo. III He sentido por fin la soledad, he gozado con ella en el silencio del desierto en toda su inmensidad y con mayor amor la reverencio. Porque es bañarse en aguas de Juvencio encontrarme fuera de la cuidad. Así con esta vida me aquerencio y huyo del mundo y de su vanidad. Estos eriales de la tierra mía me invitan a forjar la sinfonía en la que vibra toda su inquietud Del momento feliz que el corazón sintió por ellos dulce gratitud al contemplarlos lleno de emoción. TRÍPTICO DE LA COSECHA PRESAGIO DE LLUVIA Horizonte de nubes colgadas sobre el lomo feraz de los cerros en el agua se ven reflejadas mientras mugen los toros en celos. A lo lejos ladran los perros a las aves que van en parvadas; Va tejiendo la noche sus velos y las cosas parecen cansadas. Aúlla el aire por toda la hacienda, canta alegre el molino de viento, relinchan las bestias dentro del corral. El cielo de pronto recoge su tienda y la luna, en el firmamento... de plata el paisaje comienza a pintar. LLUVIA Presagio de amor para el campesino, sinfonía de nubes que besan la tierra, sueño que realiza el Poder Divino en el alma ingenua del hombre que espera. Azadón al hombro, por la sementera bajo la cortina de aguacero fino va feliz el hombre, como si anduviera bajo rico patio de telas de lino. Llena sus pulmones con el suave olor de tierra mojada y aromas de jara; Contempla gozoso toda su labor, bendice en silencio a quien le mandara esta bienhechora dádiva sin par que trajo esperanzas a su humilde hogar. TRIGO Primero es esmeralda que de la tierra brota, esperanza que el hombre acaricia en embrión; en la noche el rocío lo baña gota a gota que baja de los cielos en tierna comunión. Es plena Primavera y se oye la canción que del trigal arranca el viento nota a nota de sus espigas de oro - campanas de ilusión - que ayer fueran tan sólo alegría remota. El corte ha terminado. Se llena la galera; la familia gozosa ve el fruto tan deseado que Dios les ha legado en premio de su afán. Ya no habrá privaciones. Será una nueva era, los días de tristeza por fin se han terminado. Ahora, por mucho tiempo ¡Ya no faltará el pan! VA MI DÉBIL BARCA Va mi débil barca por el mar sonoro rompiendo las olas de mi fantasía; arrojo mis redes buscando el pez de oro el que yo soñaba tener algún día. Arrojo más redes...! Tal es mi porfía por robarle al mar tan rico tesoro!; más, al recogerlas, vi que sólo había pedazos de un sueño que yo, tanto añoro. Regreso en mi barca y llego a la playa cuando ya la tarde de amor se desmaya, y entre la penumbra de mi ensueño roto asciendo las rocas do se estrella el mar, y al ver que mi sueño es ya tan remoto, recojo mis redes y rompo a llorar. ATARDECER Como gasa admirable de colores se desgaja la tarde en la montaña el bosque entre el crepúsculo se baña y son versos de amor, aves y flores. Vuelven por el otero los pastores arreando las ovejas con la caña que conserva todavía los olores de la yerba que había en la maraña. La campana del viejo campanario con tristeza da el toque de oración, arde en la capillita el incensario, y apretando junto a mi corazón las cuentas una a una del rosario, rezo por la que ha sido mi ilusión. LOS CARDENALES En un vuelo de rubíes y con destreza y donaire va volando el cardenal; traza un línea ondulada como viva llamarada que el aire fuera a incendiar. Le sigue su hembra parlera que graciosa y zalamera en un vuelo de zig-zag se le acerca, lo acaricia y le comienza a cantar. Sobre un lecho de esmeralda surge el momento nupcial, y la fronda es arrullada por la brisa perfumada que murmura un madrigal. SIESTA El sol, puñal de cristal está clavado en el llano; lleva el río su caudal hacia otro río lejano. Llega un ganado liviano a calmar su sed bestial levantando un polvo insano que sube del arenal. Bajo un tupido granjeno que al ambiente no es ajeno se echa el toro a sestear Y buscando la sombrita viene y se echa una vaquita y lo empieza a acariciar. CUADRO RUSTICO Las 11:30 En la cocina están moliendo el nixtamal; llega corriendo una vecina platica y pide tantita sal. Ya la señora hace el teztal que el medio día ya se avecina, en tinamaxtles pone el comal y su hija guisa una cecina. Las 12:30 llega el labriego ante la mesa se sienta y, luego, con apetito empieza a comer. Su hija le sirve sus antojitos. después se sientas los tres juntitos mientras afuera empieza a llover. NOVIEMBRE Como filo de fino puñal corre el viento que llega del Norte, se empaña más pronto del día el cristal y es más lúgubre y larga la noche. Ya no canta en la rama el Zenzontle y la tímida y triste torcaz va volando a buscar en el monte un refugio en algún carrizal. Como rosa de luz va saliendo por la cumbre del cerro, la luna una estrella la viene siguiendo como paje de amor y fortuna y las hojas que se van cayendo son mis ilusiones muriendo una a una. NOCHE RUSTICA Canta entre las ramas una codorniz; patea una bestia dentro del corral, mientras que la luna pone su barniz sobre la distancia de frío metal. Se escucha a lo lejos, en el mezquital, el canto doliente de tórtola gris; hay junto al camino un gran semental que parece que alguien lo pinto con gris. Las rachas del viento del oriente trayendo resabios de tierra mojada; camina al anoche, y hay en el ambiente Notas de guitarra que allá en la majada arranca un paupérrimo y triste pastor que canta un corrido de amor y dolor. TARDE CONVENTUAL Esta tarde de aspecto conventual tiene un hondo atractivo soñador, al grado que me lleva con amor por un ángulo azul, sacerdotal. Busco entre sus celajes el ideal que otrora yo buscaba con fervor y se rompe mi ensueño en el cristal de un cielo de nostalgia y de dolor. Tarde como la tarde de otros días de mi infancia feliz ya tan lejana tarde que se esfumo en las celosías. De la plaza ancestral y bullanguera mientras el canto gris de la campana era como el morir de una quimera. AMANECER Se derrama pródigamente el sol sobre la inmensa sabana, dos pequeñas nubes se antojan perlas sobre la cumbre de la montaña. Hay un torrente de vírgenes aguas que baja cantando por la lareda, en el se bañan las mariposas que van volando por la ribera. Hay mil candencias entre las ramas de aves que cantan, y su alegría es como el himno que a Dios elevan Por el prodigio del nuevo día. amor de amores el viento lleva y todo es vida, luz y armonía. FLOR DE PRIMAVERA Oro mañanero de tu cabellera, paisaje ambarino que vive en tus ojos nidales de ensueños, do viven risueños los pájaros cuerdos de mis sueños locos. Flor de primavera, tu cara preciosa; clavel en su cuan, tu boca sensual; "ole" que se quiebra sobre tu cintura al ritmo que tiene tu cuerpo juncal. Pasas triunfalmente por entre la gente que admira tu gracia que no tiene par, y cuando a mi vera cruzas zalamera, tu risa traviesa y cascabelera me envuelve en aromas de rosa oriental. Muchacha bonita, sol de la mañana, juventud que canta de amor su canción, oro que se extiende sobre la sabana... donde se ha dormido desde hora temprana la ilusión más bella de mi corazón. MADRIGAL Dos soles que me iluminan son tus ojos soñadores; son tus traviesas pupilas las fuentes de mis amores Tu boca, clavel de sangre que siempre está presta al beso; y tu alma, puerta que se abre para tener allí preso. Preludio de Primavera, eres rosal en botón, esencia de la quimera que llevo en mi corazón. Eres luna y eres sol Y hermosa estrella encendida, Que se ha escondido en mi vida Como perenne ilusión. MADRIGALES TU BOCA Es tu boca nacarada estuche de tentación boca que a besar provoca, florecita de granada donde vive acurrucada la abejita del amor. TUS OJOS Mares en donde naufraga la esperanza de mi amor. Son tus ojos soñadores como faros salvadores en la niebla del dolor TUS MANOS Tus manos: dos azucares con perfume seductor ¡Oh, manos blancas y buenas que son como dos canciones, miríficas oblaciones que se rinden al Creador! Oh, manos blancas y suaves como aleteadores de aves, dadme, pues, vuestro calor. EN LA ALAMEDA Evocare un momento días dieciocho añeros que volaron en alas de ansiados ideales, y entre las verdes hojas de árboles severos como blancas palomas hicieron sus nidales. Yo cantaba a la vida azules madrigales que este sol y estas brisas a mi oído dijeron, y con hilos de oro y ensueños nupciales los orfebres de Eros con ternura tejieron. Hoy que marcho angustiado por sinuoso camino descendiendo la cuesta que conduce al final, al mirar este parque que influyo en mi destino. Y evocar esos días con solemne ritual, me refugio en mis penas, y en mi amargo dolor con lágrimas ardientes forjo un Salmo de Amor. SUPLICA Dame el rosal de tu boca que esta cargado de besos, lo sembrare en mi jardín y dará frutos de versos. Dame tus ojos tan negros, tu cuerpo de seda y nácar, donde hay canciones de ensueño y noches sin esperanzas. Quiero tus manos de sol y tu voz -cristal y plata- para escribir en mi vida una sinfonía romántica. Silencio de tus ojeras... paz augusta de tu pecho donde leen las estrellas el más extraño misterio. Dame el rosal de tu boca ¡Se está doblando de besos! Que yo escribiré con ellos mis más exquisitos versos. ¡PARA QUE NACERÍA YO POETA...! A mi gran amigo el Lic. Jesús Flores Aguirre, Poeta De América. ¡Para que nacería yo poeta...! que triste es ver las cosas siempre sobre un espacio azul, siempre intangibles y a fuerza de soñar pretender realizar los imposibles. Esta vida distinta a las demás... porque nosotros eternamente andamos en las nubes y al descender, nos encontramos entre mundos abstractos que nos llenan al alma de inquietudes. Una piedra nos causa inspiración, cuando otros la pisan sin mirarla; cantamos a una rosa en primavera creyendo ver en ella el rostro inmaculado de la amada: y en el trino de un ave escuchamos la voz que la noche anterior nos dijo a nuestro oído palabras delicadas y armoniosas que hizo transformar todas las cosas en nuevos sueños de pasión y amor. Vida ilusoria y gris es esta nuestra, de quienes por ventura o por desgracia nacimos con el alma de poeta... Sin embargo, SEÑOR, si regresara muchos años después hasta la tierra, yo te ruego, Gran Dios, que nuevamente VUELVAS A HACER DE MI... OTRO POETA MI JUVENTUD Dieciocho primaveras; dieciocho potros brutos; dieciocho flores rojas de un extraño rosal; dieciocho manantiales en las cumbres enhiestas en donde los cóndores llegaban a abrevar. Mi juventud era así, romántica y brava; a ratos suave y triste como una melodía que embriaga el alma toda de un dulce bienestar; una noche estrellada con perfumes exóticos de un cielo tropical, con rumores de besos y vibraciones de arpa o de un ronco sonido de caracol de mar Se fue perdiendo ha poco entre las hondonadas de las noches en blanco y el dolor de pensar, y mis pétalos rojos se tiñeron de cera, y los potros de antaño van por la sementera rumiando quejumbrosos de amor un madrigal. Y las aguas lustrales de aquellos manantiales en que sacio mi vida su inmensa sed de amar, se agotaron por siempre..., y hoy se mira en el fondo el pálido reflejo de un rayito lunar. POR ESTE CAMINO VERDE Un recuerdo de la villita de Bucareli, en San Buenaventura. Por este camino verde -verde de mezquite verde- y alfombra de tierra fina, verdes el alma y los años, verdes sueños de la infancia, pasaron mis pies descalzos ora empuñando una hulera, ora una flecha y un arco tras inocentes conejos, torcaces y los urracos, victimas de nuestros juegos remedos de indios bárbaros. Ignoraba las pasiones del amor y los zarpazos que suele darnos la vida y hace a los hombres amargos. Por aquí me deslizaba como el león que caza al gamo. Otras veces, mi canción hacia volar los pájaros y mis amigos corrían anhelosos de alcanzarlos. Así pasaron los años de nuestra vida trivial, con la canción en los labios, la vista hacia el más allá; fuimos buscando la estrella que no encontramos jamás, esa estrella de la dicha que buscamos con afán ¡Espejismo que se pierde en los abismos del mar! Años verdes tan soñados, aves de mis ilusiones que al infinito volaron al ritmo de mis dolores que me dejaron transida el alma con fieros dardos, como aquellos que, inocente, yo les calvaba a los pájaros... ¡Ahora los llevo en el pecho al recordar esos años! Por este camino alegre, verde de mezquite verde y alfombra de tierra fina..., ¡Se fueron mis verdes años! AGUINALDO A mi esposa. A mis hijos. A mis nietos y a mis bisnietos. Fue en noche de navidad -luna, frío y añoranzas- en el filo de las doces iba camino de casa. De muy lejos, como en sueños una canción escuchaba bañándome de recuerdos que hicieron temblar mi alma. Ya en mi hogar, fijé los ojos En donde están los retratos De mis seres tan amados, de mi hijo, de mi hermana Y también los de mis padres, Quienes se fueron ha mucho A vivir a los Arcanos, -¡Madre, madre, mira a tu hijo! ¡Ven y dame de aguinaldo el consuelo que no encuentro desde que ustedes faltaron! Llevé hasta el pecho las manos y entonces se tropezaron con aquel viejo Rosario en el que Ella me enseñó a orar al Crucificado. Le faltaban unas cuentas y dije -¿Dónde las hallo? estas se han de haber perdido hace muchísimos años que lástima, no podré volver en él a rezar, le faltan Aves Marías y así no podré ya usarlo. Volví a mirar al retrato y ví que de los ojitos de mi idolatrada madre estaban brotando lágrimas que vinieron a engarzarse en el hilo del Rosario. Al verlas caí de hinojos Gritando: -"Señor, Milagro! Milagro, Señor!... Milagro! Pues convertidas en perlas Las estaba yo besando. Volví la vista al retrato De mi padre y de mi madre Y vi una dulce sonrisa Dibujarse entre los labios. SEÑOR.... TENGO SED Señor, tengo sed de tus manos de lirio, de tus manos amantes que emergen clara luz de todos los dolores que tuviste en la cruz, de tu triste calvario y tu cruento martirio. En mis horas amargas, en mi ardiente delirio cuando el pesar me agobia, Oh Divino Jesús! se doblega mi alma cual rama de sáuz y se alza más la flama de mi vida en el cirio Tengo Sed, Nazareno de acogerme a tus pies y regar con mi llanto la fructífera mies de tu fe que es confianza, esperanza y valor: Tengo sed de elevarme al misterioso Arcano asido de tu áurea y generosa mano para bañar mi espíritu en fuentes de tu amor. HAZME AGUA, SEÑOR... ¡Hazme agua, Señor! dame la gracia de darle vida a los campos yermos. Que renazcan las rosas agotadas y refresquen las arenas del desierto; que lleve una esperanza al campesino, que al sediento le ponga en su camino arroyos claros de agua cristalina y gocen los insectos en el limo. ¡Hazme agua, señor! dame la gracia de enverdecer las sierras y los prados, de poner alegría en las ovejas, de hacer más bello el trino de las aves, y que liben más miles las abejas de las rosas cuajadas de rocío, y así tener la dicha de decirles: - "Ese diamante en tu corola, es mío!" ¡Hazme agua, Señor! dame la gracia de transformar en jardines los eriales, de aumentar de los ríos los caudales, de los lagos y de los manantiales. Y después, ¡Oh, Señor!... que sea ola y blanca espuma de la mar sonora para cantar en la cordial ribera las glorias de tu amor a toda hora. LEVÁNTATE, CAMINA.... Levántate, camina, sigue con firme paso, la fe en el corazón, seguro de si mismo, la mirada en la cumbre , el libro bajo el brazo y salvarás, seguro, el más profundo abismo No seas quien divulgue ese ruin conformismo que envilece las almas y las lleva al fracaso; sé un heraldo valiente que vaya contra el "ismo" que nos borra el Oriente y nos lleva al Ocaso. Lleva el mensaje eterno de la fe que enaltece, afianza entre tus manos la antorcha salvadora y llévala a la meta donde el viento la mece sin lograr apagarla por es lumbre creadora de la Ciencia Divina que nos llena de amor, acercando las almas a su Grande Creador. EUCARISTÍA A la memoria de mi hijo Manuel Hoy recibí a Cristo en mi corazón, convertido en nido de cruento dolor y envolvió mis llagas con el algodón de sus manos blancas y su tierno amor. Tenían sus ojos un suave fulgor que inundo de auroras toda mi pasión, y mi fresca herida fue como una flor que exhalo perfumes de nueva ilusión. Hoy recibí el Pan de la Eucaristía poniendo en mi vida un claro lucero; mi dolor fue amor, mi noche fue día, Y entre las espinas de la senda mía hollaron mis plantas de rosas reguero que iba derramando la Virgen Maria. PARÁBOLA DEL HARAPIENTO Iba el harapiento por aquel camino sembrado de escollos y fieras espinas que herían sus plantas como dagas finas; Mas... ¡No protestaba! ¡Era su destino! porque un día dijo: "VA A LLEGAR EL CRISTO EL HIJO DEL HOMBRE PARA REDIMIRNOS! entonces la plebe lo arrojo del pueblo no tenia patria... El era un proscrito. Sobre su cayado se apoya y prosigue por aquella senda llena de tristeza, mas, de pronto nota que un niño lo sigue mientras de cansancio el lanza una queja. En la noche negra ve sus manos blancas como dos palomas que extienden sus alas, sus ojos azules -pedazos de cielo-, sobre su cabeza luces de alborada. El pobre harapiento detiene su paso y dice al infante: "Donde vas, pequeño? ¿No ves que hay espinas en este sendero, ortigas terribles, filosos peñascos? No temas, buen hombre, que yo saldré ileso, vengo de muy lejos y no tengo miedo he andado mil leguas, todos los caminos y ellos a mi paso han enverdecido y se han vuelto flores todas las espinas. Ven, hermano mío, ven, dame esa carga para que así encuentres el eterno alivio a todos los males que llevas consigo, tan solo, buen hombre, por haber creído. Allá en el oriente nacía la aurora; era el horizonte un campo de luz, el triste romero miro sus andrajos ¡Los vio convertidos en clámide azul! Miro sus heridas ya cicatrizadas y que en cada una brotaba una flor. Aquel vagabundo lleno de pobrezas vio que ante el estaban todas las grandezas que solo son obra de Nuestro Creador y volvió los ojos para hablar al niño, y cayo de hinojos gritando: ¡MILAGRO! ¡En su sitio había un rosal en flor! El pobre romero lleno de alegrías perfumo su cuerpo con aquel rosal: "Señor -gimió luego, ¡ESTE ERA EL MESÍAS PUES SOLO EL PODÍA CURARME MI MAL!" PIEDRAS ¿Qué dicen las piedras, eternas testigos de la humanidad? Si les preguntamos: ¿De que habéis servido? ellas nos contestan con sinceridad: - "Nosotras servimos hace muchos años como proyectiles que fueron lanzados por las férreas manos de los paladines, por aquellos indios fornidos y bravos que en desigual lucha fueron destrozados. -"Y tras de nosotras, responden las otras, cayeron inermes cien hombres valientes después de que hubieron luchado con brío. ¡Fuimos a la trinchera tras la que pelearon con tan mala suerte aquellos soldados del 47! -"Yo y mis compañeros servimos de base en las construcciones de un honrado hogar, y oímos las risas y oímos los besos y otras ocasiones oímos llorar". -"Yo tuve mas suerte, yo soy mas dichosa, me siento orgullosa de ser lo que soy! ¡Soy el monumento construido al héroe que murió luchando por salvar su pueblo con un gran amor!". -"Yo también, hermana, llevo aquí en la tierra sublime misión, soy parte de un templo y pongo el ejemplo de hacer oración." Otras chiquitinas nos dicen traviesas: - "Somos amiguitas de todos los niños, con nosotras juegan a la "matatena" y así hemos tenido sus santos cariños". -" Y nosotras, somos como dos titanes, sobre nuestros hombros están las campanas y nos estremecen las fibras del alma todas las mañanas sus claros"Din-da-nes". De allá de muy lejos me llega una voz que trae reflejos de divina luz ¡Otra piedra que habla, desde el cementerio! -"Yo querido hermano, encierro el misterio que existe en la vida y en el mas allá, yo sirvo de cruz. Yo cubrí la fosa de Cristo Jesús!" ¡Oh, piedras heroicas! ¡Oh , piedras triunfales! Para quien os mira con ojos humanos sois insubstanciales, Sin embargo a todos, sin protesta alguna, ¡Sois tan serviciales! RONDAS DE NIÑOS A mi hija Ofilia Irma. "Naranja dulce, limón partido dame un abrazo que yo te pido. Si fueran falsos tus juramentos en algún tiempo me olvidaras". Cantan los niños contentos esta ronda en el jardín y un enjambre de recuerdos en inquietante trajín Se mueven en mi cerebro. Ay, de aquel tiempo feliz... Ay mi niñez tan lejana... huerto oloroso a manzana, mañana de carmesí... ¡Juguete de porcelana! tesoro que yo perdí en el árido sendero De mi anónimo vivir. "Doña Blanca esta encerrada en sillares de oro y plata tumbaremos un sillar para ver a Doña Blanca". ¡Doña Blanca!... La ilusión que en mi ser llevo encerrada! rosa de mi corazón que con hilos de dolor allí se quedo engarzada. Oh, sillares de oro y plata de la prisión de mi vida! en las alas del querer te libertare, alma mía, para elevarte al azul en que soñamos un día. "A esta me la llevo por linda y hermosa, parece un clavel, parece una rosa acabada de nacer". ... Y me alejo por la calle con mi niñez de la mano y voy cantando en secreto estos cantares de antaño que no he podido olvidar aunque mi espejo se nuble con sombras del desengaño. "Hilitos, hilitos de oro que se me vienen quebrando... Hilitos, hilitos de oro que se me vienen quebrando". Hilos con que ate mi vida al carro de la ilusión se van rompiendo uno a uno en el momento importuno en que con ellos quisiera atar la postrer quimera A mi triste corazón. NOCHE QUE SOÑANDO SUEÑO La noche llego a mi mesa en jarrón de porcelana. cuatro estrellas centinelas atisban por mi ventana. La placita se ha dormido en su almohada de violetas. Los pájaros que cantaban se han convertido en siluetas. La luna viene extendiendo su manto de seda china. El ladrido de los perros se tropieza en la colina. Canción de árboles que sueñan cosquillea en mis oídos. Los anuncios parpadean con su luz de astros caídos. En el filo de la once El clarín del gallo suena. Clamor de lasciva se oye de gatos en la azotea. Azabache y oro el cerro se embriaga de luna llena. Cristal y plata en su falda del río que serpentea. Silva la noche marceña su melodía de acero, y monta en grupa salvaje que le va ofreciendo el viento. Copa de nácar, la luna su licor viene ofreciendo, sabor de versos alados unos fuertes y otros tiernos. Puñales de oro macizo se clavan en mi cerebro gnomos traviesos abrieron el cofre de mi recuerdo. Noche como aquella noche cuando vi tus ojos negros; noche que se hundió en la noche misteriosa de los tiempos. Noche que soñando sueño, mitad nada, mitad cierto. No se si duermo soñando o estoy soñando despierto. MI VIDA ES BIEN SENCILLA Imitación a Nervo Mi vida es bien sencilla. si la he complicado, yo he tenido la culpa por haberme obstinado en desviar sus designios. Si he pasado tristezas, he gozado alegrías que llenaron mi pecho de suaves ambrosías. Si ascendí los caminos abruptos y espinosos y sangraron mis plantas por llegar a la cumbre, cuando la hube escalado, purifique mi alma bañándome en la lumbre, de un sol inmaculado. Cuando en el laberinto del amor me perdí, escancié de sus fuentes el más rojo licor que me llevo en sus sueños de bardo enamorado a países de ensueño donde también fue amado. ¿Que mas puedo pedirle a la vida? ¿Qué haberla disfrutado a mi antojo? ¿Qué se acerca el Invierno? ¿Qué la flor ya es abrojo? Lo esperaré allá afuera, mi tienda trashumante soportara triunfante el rudo vendaval, hasta la hora postrera en que inicie mi vida su nueva Primavera por regiones ignotas de paz de ventura y placer eternal. Libro trascrito por: Elaine Domínguez De Luna revisado por: Horacio Domínguez Lara |
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